Viajar ya no significa únicamente desconectar. En los últimos años, el perfil del turista ha evolucionado y cada vez son más quienes buscan experiencias que generen un impacto positivo: en ellos mismos, en las comunidades que visitan y en el entorno natural que los acoge. Hablamos del turismo con propósito, una tendencia en auge que apuesta por la autenticidad, la sostenibilidad y el compromiso con el territorio.

Una nueva forma de entender el viaje

El turismo con propósito pone el foco en el para qué se viaja. No se trata solo de conocer nuevos lugares, sino de hacerlo con una motivación concreta: aprender, apoyar causas sociales o medioambientales, conectar con la cultura local o, incluso, transformarse personalmente. Esta forma de turismo integra valores y experiencias que van más allá del mero entretenimiento.

Experiencias transformadoras

Son muchos los ejemplos que ilustran este nuevo enfoque. Desde bodegas que practican agricultura regenerativa y ofrecen visitas centradas en la sostenibilidad del viñedo, hasta rutas en bicicleta o caravanas que invitan a descubrir el territorio de forma pausada, respetuosa y cercana. También proliferan iniciativas que promueven el contacto directo con las comunidades locales: talleres de oficios tradicionales, visitas a pequeños productores, experiencias culturales auténticas.

Un cambio impulsado por el contexto

El auge del turismo con propósito no es casual. La pandemia supuso un punto de inflexión en la forma de viajar: aumentó el interés por los entornos rurales, la naturaleza y las experiencias personalizadas. A ello se suma una creciente conciencia medioambiental y social, especialmente entre los viajeros más jóvenes, que buscan un consumo turístico más responsable y con sentido.

Además, la digitalización ha facilitado el acceso a propuestas diferenciadas, alejadas de los grandes circuitos turísticos y enfocadas en lo local, lo sostenible y lo vivencial.

Oportunidades para destinos y empresas

Esta nueva forma de turismo representa una oportunidad para los destinos emergentes y las pequeñas empresas, que pueden ofrecer experiencias genuinas basadas en los recursos del territorio. Apostar por el turismo con propósito implica, eso sí, una transformación del modelo: formación, cooperación público-privada, diseño de producto y comunicación adaptada a un viajero más exigente y comprometido.

Un turismo que deja huella… positiva

El turismo con propósito es, en definitiva, una forma de viajar más humana, más consciente y más conectada con la realidad del lugar visitado. Una forma de dejar huella, sí, pero una huella positiva.